KONGAMATO: (TRIBUS NATIVAS DE AFRICA)
Las diferentes tribus nativas de África comparten un temor en común, y muchos pescadores cuentan el mismo relato tras ser atacados por una criatura similar a un Pterosaurio, un dinosaurio volador extinguido hace millones de años, que destruye sus botes. Esta es la leyenda del Kongamato, término que significa rompedor de botes. La falta de evidencias fotográficas, de vídeo e incluso de huesos o huellas parece desmentir su existencia. Pero las heridas de sus víctimas y los testigos son cientos a los largo de años.
¿Dinosaurio Extinto?
Avistamientos de esta criatura se han reportado en el pantano de Jiundu en el distrito de Mwinilunga en el oriente de Zambia, también en Angola y Congo, de igual forma ha sido visto en regiones vecinas. Las personas que hablan de este depredador aéreo lo describen como un ave gigante cuyas alas parecen ser de cuero color marrón rojizo y tiene un pico puntiagudo con muchos dientes afilados. Los nativos se asustan cuando ven la imagen de un pterodáctilo y lo identifican como el Kongamato, sin embargo no reconocen otros animales prehistóricos de los libros.
Avistamientos de esta criatura se han reportado en el pantano de Jiundu en el distrito de Mwinilunga en el oriente de Zambia, también en Angola y Congo, de igual forma ha sido visto en regiones vecinas. Las personas que hablan de este depredador aéreo lo describen como un ave gigante cuyas alas parecen ser de cuero color marrón rojizo y tiene un pico puntiagudo con muchos dientes afilados. Los nativos se asustan cuando ven la imagen de un pterodáctilo y lo identifican como el Kongamato, sin embargo no reconocen otros animales prehistóricos de los libros.
Avistamientos y testigos
En 1923, Frank Melland el autor del libro “Witchbound Africa”, describe una vida peligrosa en las laderas de ciertos ríos, donde los pescadores dicen que sus pequeños botes son atacados por la criatura, la cual se lanza contra cualquiera que entre en su terrotirio. Las descripciones varían diciendo que sus alas miden de 1 a 2 metros. Los miembros de la tribu Kaonde lo identificaron en las imágenes de un pterodáctilo que Frank les mostró.
En 1923, Frank Melland el autor del libro “Witchbound Africa”, describe una vida peligrosa en las laderas de ciertos ríos, donde los pescadores dicen que sus pequeños botes son atacados por la criatura, la cual se lanza contra cualquiera que entre en su terrotirio. Las descripciones varían diciendo que sus alas miden de 1 a 2 metros. Los miembros de la tribu Kaonde lo identificaron en las imágenes de un pterodáctilo que Frank les mostró.
El ingeniero J.P.F Brown supuestamente vio la criatura en 1956, en el Fuerte Rosebery, cerca del lago Bangweulu en Rhodesia del norte, territorio que ahora es Zambia. El constructor dijo que eran dos criaturas que volaban despacio y silenciosamente por encima de ellos. A primera vista la criatura parecía prehistórica y sus alas median 1 metro y la longitud desde el pico a la cola era casi 2 metros, su cola era bastante delgada y su cabeza era similar al hocico largo de un perro.
El año siguiente en el hospital del Fuerte Rosebery un paciente fue internado con una herida severa en el pecho. La víctima dijo que un pájaro gigante lo atacó en el pantano de Bangweulu, tras dibujar la criatura, la imagen era similar a la de un pterosaurio. Científicos británicos obtuvieron la misma escalofriante reacción de los nativos cuando les muestran imágenes de un pterosaurio al que identificaron como un Kongomato.
Esta mítica criatura ha sido vista por nativos africanos y exploradores europeos, muchos reportes lo describen como un pterosuario de color rojo y negro. Cuando una persona aparece con graves heridas hechas por un animal dicen que es el Kongamato, ya que los testigos afirman que tiene dientes muy afilados en su pico y unas garras igualmente peligrosas.
Un corresponsal británico, G. Ward Price, viajó junto con el futuro Duque de Windsor a Rhodesia en 1925. Allí escuchó la historia de un sirviente sobre un hombre que fue herido por una criatura cuando entró al temido pantano en Rhodesia, lugar que se decía era un nido de demonios. Cuando el hombre regresó tenía una gran herida en el pecho y comentó como una extraña y gigante ave lo atacó con su largo pico. Price le mostró una imagen de un pterosaurio al sirviente, este gritó aterrorizado y huyó de la casa.
El Coronel C.R.S. Pitman en 1942 siguió las historias que los nativos contaban sobre una gigante criatura voladora similar a un murciélago pájaro que vivía en el pantano al norte de Rhodesia. Rastros de la criatura eran dejados por su larga cola que arrastraba por el suelo. Estos reportes no estaban limitados solo a Zambia, también habían avistamientos en el monte Kilimanjaro y el monte de Kenya.
En 1988 el profesor Roy Mackal guió una expedición a Namibia donde se habían dado reportes de una criatura con grandes alas. Este animal se deslizaba por el aire. Usualmente se lo veía en el atardecer sobrevolando riscos, sin embargo la expedición no logró conseguir evidencias, pero James Kosi un miembro del equipo dijo ver la criatura volando lejos. Describiéndolo como un parapente gigante con marcas blancas y negras.
Ataque a exploradores blancos
Tal vez el reporte más impactante es de exploradores blancos que trabajaban para el Museo Británico en la expedición de Percy Sladen desde 1932 a 1933. Este grupo profundizó en el oeste de África, liderados por Ivan T. Sanderson un reconocido escritor y zoólogo. Mientras visitaban las montañas Assumbo en Camerún acamparon cerca de un valle en las laderas de un rio. El grupo estaba cazando cuando Sanderson le disparó a un gran murciélago comedor de frutas, mientras se acercaba a ver su presa, perdió el equilibrio y cayó al río. Al recuperarse escuchó un grito de advertencia de su compañero y vio una figura negra del tamaño de un águila que se abalanzó sobre él. Sanderson logró ver el rostro del animal, su mandíbula inferior estaba abierta y tenía un semicírculo de puntiagudos dientes blancos que estaban separados. Sanderson emergió del agua y la criatura no estaba, su compañero George se movía en la otra dirección disparando su segundo cartucho.
Tal vez el reporte más impactante es de exploradores blancos que trabajaban para el Museo Británico en la expedición de Percy Sladen desde 1932 a 1933. Este grupo profundizó en el oeste de África, liderados por Ivan T. Sanderson un reconocido escritor y zoólogo. Mientras visitaban las montañas Assumbo en Camerún acamparon cerca de un valle en las laderas de un rio. El grupo estaba cazando cuando Sanderson le disparó a un gran murciélago comedor de frutas, mientras se acercaba a ver su presa, perdió el equilibrio y cayó al río. Al recuperarse escuchó un grito de advertencia de su compañero y vio una figura negra del tamaño de un águila que se abalanzó sobre él. Sanderson logró ver el rostro del animal, su mandíbula inferior estaba abierta y tenía un semicírculo de puntiagudos dientes blancos que estaban separados. Sanderson emergió del agua y la criatura no estaba, su compañero George se movía en la otra dirección disparando su segundo cartucho.
Tras llegar empapado a tierra, muchos se preguntaban si la criatura volvería, y cuando estaba oscureciendo regresó precipitándose de nuevo rio abajo. Sus dientes sonaban y en el aire se escuchaba un siseo mientras una criatura negra con alas de Dracula volaba por una hendidura en el valle. Los exploradores no estaban preparados, el arma de Sanderson estaba vacía y la bestia atacó directamente a George quien le esquivó, el animal voló encima de él y desapareció en la noche.
De vuelta al campamento Sanderson preguntó a los nativos que había visto, ellos respondieron “Olitiau” y le preguntaron donde había visto a la criatura. Sanderson señaló al río y los nativos agarraron sus armas y huyeron en la otra dirección dejando el resto de sus posesiones.
Pocas pruebas de su existencia
Curiosamente el área es presentada como un sitio ideal para observar aves, sin embargo este gran animal volador no ha sido avistado por ninguno de sus visitantes ni expertos ornitólogos. Hay reportes similares en Angola, Zimbabwe, la República Democrática del Congo, Namibia, Tanzania y Kenya. En Namibia el Kongamato es referido como una serpiente voladora.
Curiosamente el área es presentada como un sitio ideal para observar aves, sin embargo este gran animal volador no ha sido avistado por ninguno de sus visitantes ni expertos ornitólogos. Hay reportes similares en Angola, Zimbabwe, la República Democrática del Congo, Namibia, Tanzania y Kenya. En Namibia el Kongamato es referido como una serpiente voladora.
Escépticos del tema dicen que la criatura es una farsa, y que puede ser confundido con un murciélago grande o una cigüeña. Creen que estas historias son inventadas por nativos contratados para excavaciones arqueológicas donde encontraron restos de pterosaurios, que se descubrieron en Tendagaru, Tanzania años antes de la Gran Guerra. Sin embargo las excavaciones se hicieron a mas de 1.300 kilómetros de distancia de Zambia.
Para intentar explicar estos falsos fenómenos los científicos han investigado los animales en África que podrían confundirse con un pterosaurio. La lista es realmente corta, muchos creen que los africanos y viajeros han confundido esta criatura con dos especies diferentes de cigüeñas nativas de la región. Los pájaros podrían confundirse en el atardecer, sin embargo las historias de los nativos están respaldadas por expertos exploradores y zoólogos. Además ningún tipo de cigüeña se muestra tan agresiva ni ataca a las personas, mucho menos para causarles las heridas descritas.
Los pobladores de Kaonde suelen llevar amuletos llamados “muchi wa Kongamato”, cuyo efecto los protege cuando cruzan ciertos ríos donde el Kongamato ha sido visto. Dicen que la bestia no ha sido capturada en video porque vive en la densa vegetación de los pantanos africanos, y mucha gente de la región no tiene cámaras.
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