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30 ago 2017

TODO EMPEZO CON UNA LEYENDA URBANA Y TERMINO EN UNA PESADILLA DE MUCHOS AÑOS



Un día de agosto de 2009 una pandilla de amigos organizan unas vacaciones diferentes a lo que estaban acostumbrados y deciden alquilar un apartamento rural en un pueblo de Asturias en España.
Se trataba de 3 familias que se unen habitualmente todos los veranos para ir a conocer distintos lugares turísticos y pasar sus vacaciones juntos, esta vez se decidieron conocer los lugares más conocidos de la zona de Picos de Europa del Oriente de Asturias. 

El grupo de 12 personas pasaban unas vacaciones normales y muy divertidas cargadas de actividades y de aventuras, pero un dia se reunieron con más huéspedes del complejo turístico para cenar y echar unas risas ya que después de pasar 8 días en el alojamiento poco a poco iban conociendo a otros turistas y cogiendo confianza. Se reunieron una noche varios clientes de los apartamentos para cenar una parrillada, conocerse mejor y pasar un rato divertido. La conversación más adelante pues derivó a tocar varios casos de misterio de diferentes lugares. Y uno de los chicos que era Argentino aseguraba que conocía la forma de ver al diablo a través de un espejo, una leyenda urbana ya bastante conocida.

¿De qué trata la leyenda urbana?

Según comentan, el día de noche buena, justo a las 12 de la noche y haciendo un ritual especifico puedes ver cara a cara al mismísimo diablo.

El chico Argentino contó su versión de la leyenda hablando como si lo hubiera vivido el mismo y explicando cada detalle que lo hacía tan interesante como de apariencia real. Y dijo algo así:

“En Nochebuena, justamente a las 12 de la noche, el Diablo hace la inspección en la Tierra, la única en el año, así que si queremos verle tiene que ser ese mismo día a esa misma hora. Vete al baño, puesto que es el lugar más propicio para realizar el evento, y cierra la puerta. Enciende 12 velas, a poder ser negras, apaga la luz y sitúate enfrente del espejo. Cuando quede poco para que sean las 12, cierra los ojos y mantenlos cerrados hasta que quede sólo una campanada de las doce que deben sonar. En ese momento el Diablo se aparecerá en el espejo sólo durante un segundo”

¿Qué fue lo que ocurre después?

Bueno lógicamente como antes he dicho, esta es una de las leyendas urbanas más conocidas en todo el mundo y todas las personas presentes se la tomaron como tal, aportando sus matices a la historia, incluso contando algunas más jugando con el humor y sugestión del momento.

¿Todas las personas se lo tomaron como tal realmente?

La verdad es que no, en ese momento había una chica madrileña que tenía tan solo 12 años, que aseguraba en el momento que todo lo que se contaba en aquella noche no eran más que puro cuento y conversaciones divertidas pero que no son más que puras tonterias.

Aunque luego realmente, la chica a la que llamaremos Ana, quizás si que no le pareciera tan cuento porque se le quedó grabado en su memoria el ritual de la leyenda urbana del diablo en el espejo.

Así que a la siguiente noche buena, llena de curiosidad, con el miedo en el cuerpo pero con más ganas de comprobar que lo que ella escuchó aquella noche no son más que puro teatro y que llevaba desde el verano pasado dando vueltas en su mente, teniendo la facilidad de que en su habitación existe un baño que únicamente utiliza ella, aprovecha a ir a el 5 minutos antes de que den las 12 de la noche con todos las velas colocadas incluso a dibujado una estrella en el suelo con un pintalabios para que todo esté perfecto... 

En la última "campanada" lo pongo entre comillas porque su reloj era digital y aunque si daba el sonido de las horas tampoco se puede decir que sea la típica campana de los relojes de carrillón, abrió los ojos y lo que vio, tampoco es lo que se esperaba.

Ana comenta que no es exactamente que haya visto a un macho cabrío o a un demonio rojo... más bien se vio a ella misma desfigurada y borrosa a tal punto de no reconocerse al ver su reflejo. Pero que aquello que vió en ese momento la aterró profundamente y que no duró un segundo como aseguraba la leyenda, es más... no sabe cuanto tiempo real a podido estar observando aquel ser irreconocible que se movía a la vez que ella e imitando a la perfección sus movimientos y por eso cree que es su propio reflejo desfigurado pero sin que pueda reconocer. 



Recordemos que Ana en aquel momento tan solo tenía 12 años y que estaba profundamente sugestionada por la historia. Pero ella misma es la que se negaba a reconocer que lo que había visto se trataba del demonio, ella se autoconvence que era producto de su imaginación y fruto del gran miedo que llevaba acumulado hasta ese mismo instante. Pero su realidad es muy distinta. Ya que ella no dejaba de ver a aquella cosa en el espejo cada vez que miraba hacia el. Aterrada pero disimulando lo mejor que sabe sobre sus sentimientos volvió a la cena familiar como si nada hubiera pasado en esos largos minutos.

Días más tarde Ana decide comentar a su familia lo que había ocurrido en su baño, porque seguía aterrada desde entonces, tanto que desde ese momento evito en cada momento volver a mirarse al espejo como podía y estaba convencida de que necesitaba ayuda profesional y de su familia por que a creado una fobia terrible.

Cada vez que veía su reflejo en un espejo, en un charco, en un escaparate... ella no podía verse a si misma, sólo podía ver a aquella cosa indescriptible. Así que comenzó a ir a sesiones tanto de Psicólogo como de Psiquiatra, para que le ayuden a superar su fobia a verse reflejada, por que está convencida de que no puede ser el demonio si no más bien un trastorno mental que ha creado desde aquel momento hasta hoy en día por los echos ocurridos.

Pero el problema es que hoy día Ana ya no está tan convencida de que sea una enfermedad o mejor dicho una fobia lo que sufre ya que con tantos años de tratamiento su mejor solución es aceptar lo que ve en su reflejo en vez de solucionar el problema, y como ella misma dice, hace tanto tiempo que no se ve realmente a sí misma que ya no sabe si lo que ve al reflejarse se trata de ella misma o sigue viendo a otra persona desconocida.

Mi pregunta después de escuchar su caso fue tan solo una...

¿Si lo que te a ocurrido ha sido un tema religioso ya que se trata de un demonio, por qué no has buscado una solución espiritual por sí ahí se encuentra la solución?

Ana se limitó a encogerse de hombros levantar las palmas de las manos a la altura de su cabeza y decir: - No lo sé.


Un saludo Alberto De La Vega.


26 ago 2015

LA LEYENDA DEL BARBERO ASESINO, UN HOSTAL DONDE SE ASESINABA GENTE PARA SERVIRLA DE COMIDA

En la actual calle Pou de la Figuera (Barcelona) un famoso hostal por la calidad y lo barato de sus platos de carne


Dos viejos caserones que entre tantas fincas modernas que los rodean parecen vivir un tanto apoquinados, entre la irreconocible calle de Serra Xic y los jardines conocidos popularmente como el Forat de la Vergonya. Solo con echar un vistazo, el transeúnte percibe en este lugar las huellas de aquellos “esponjamientos” que se llevaron por delante tantas casas antiguas, y tantos vecindarios de toda la vida. Aquí la cosa empezó con un PERI —Plan Especial de Reforma Interior— que tenía que restaurar un barrio histórico, y terminó con una colección de bloques de apartamentos nuevos. Aunque de manera totalmente inesperada, tras violentos enfrentamientos con la Guardia Urbana los vecinos consiguieron ganar esta plaza pública, único espacio verde de su barrio. Intuyo que en aquel mismo proceso debieron salvarse estas casas y el pequeño callejón que hay entre ellas, protagonistas de una leyenda urbana sobre un barbero asesino, un fondista ambicioso y un mendigo justiciero.

Nos interesa fijarnos justamente en el estrecho corredor que sale de Pou de la Figuera, administrativamente su número 14. Según parece, antiguamente se había llamado de Massada o Massades, pero ahora tiene la misma placa que la calle con la que se cruza. La conseja popular quiere que en este mismo terreno hubo un hostal, en el que tuvo lugar un episodio sangriento. La historia tiene un parecido considerable con Sweeney Todd que fue folletín por entregas, obra de teatro, musical de Stephen Sondheim, y película de Tim Burton. El argumento se repite en diversas narraciones europeas, como la decimonónica El pastelero de carne humana y el barbero asesino, que situaba la acción en el París del siglo XV. Una trama que también se encuentra en Espill o Llibre de les dones de Jaume Roig, que lo situaba en la misma ciudad y siglo. En Roig no estaba el barbero, pero ya se sugerían todos los temas principales, desde la venta de pastelillos de carne, hasta el mecanismo que abría una trampilla por la que caían las víctimas camino del horno. Incluso coincidía con el personaje femenino (en Sweeney Todd la señorita Lovett), que aquí era una posadera parisina y sus hijas. Finalmente las detenían cuando un cliente encontraba un dedo dentro de un pastel, Según este autor, “de las tripas hacían salchichas y longanizas, las más ricas y finas del mundo entero”, y en una fosa “honda como un pozo, metían los huesos descarnados, las piernas y las cabezas”.


El barbero se encargaba de elegir a las víctimas entre sus clientes más desfavorecidos

Este tipo de historias se insertan en las narraciones de “hosterías rojas”, que recuerdan el canibalismo ocasional practicado en el continente europeo en momentos de grandes hambrunas. En estos cuentos se habla de un hospedero que roba y asesina a sus clientes, y después cocina su carne para sus ignorantes comensales. No deja de ser una variante del ogro de Hansel y Gretel que recuerda los años de la Alta Edad Media, “cuando los fuertes devoraban a los débiles, los descuartizaban, los asaban y se los comían”, en terrorífica descripción del monje medieval Raoul Gabler.

La versión barcelonesa cuenta que existía un famoso hostal en la calle del Pou de la Figuera, conocido por la calidad y lo barato de sus platos de carne. La clientela no lo sabía, pero el secreto de aquel delicioso sabor estaba en la materia prima. Según Joan Amades (uno de los que recogió esta leyenda), “la carne humana tiene un sabor muy delicado, superior a cualquier otra”. El hostal compartía finca con una barbería, y ambos empresarios se habían asociado. El barbero se encargaba de elegir a las víctimas entre sus clientes más desfavorecidos, aquellos de los que nadie fuese a notar su desaparición; les degollaba y lanzaba sus cuerpos a un sótano, donde el hostelero los troceaba y cocinaba.

Todo iba a pedir de boca, hasta que el barbero tuvo la mala idea de invitar a un afeitado a un vagabundo que pasaba por la calle. El buen hombre aceptó de buen grado, pero un mal presentimiento le tuvo alerta. Cuando el fígaro iba a darle su tonsura mortal, el mendigo detuvo el tajo. Forcejearon y el criminal cayó por la trampilla, siendo escabechado y estofado por su cómplice que no lo reconoció. El trotamundos pudo escapar y alertó a la policía. Fruto de aquella denuncia, el fondista fue ejecutado y el hostal derribado para borrar su memoria. Y de aquella demolición surgió este callejón sin salida

20 ago 2015

LA LEYENDA DEL DIABOLICO VENTRILOCUO MCCARTHY





Esta es la historia de Mccarthy, mas conocido como el ventrílocuo que usaba el cadáver de un niño para hacer el espectáculo mas real, nadie podía mira a los ojos firmemente al niño, ya que tenía una mirada escalofriante que no aguantabas mirarlo fijamente, aquí la verdadera historia.


El año era 1920 y un nuevo tipo de espectáculo empezaba a nacer en el sur de Estados Unidos. Un espectáculo en el que actuaba un ventrílocuo que en poco tiempo se hizo famosísimo. Era Mccarthy, un ventrílocuo cuyo acto era simple, pero cautivaba a todo el que lo atestiguaba, el acto era simple porque hacía uso de solo un personaje durante toda la función: Edgar, un muñeco que representaba a un niño regordete entre los 9 y 10 años de edad, pero con rasgos muy extraños que lo hacían imposible de no mirarle, sus manos demasiado reales, su boca muy expresiva, su estatura muy distinta a la de un muñeco de ventrílocuo habitual, Edgar era más alto y sus ojos, que aunque eran los de un muñeco de madera, reflejaban un vacío que hacía difícil mantener una sola mirada sin bajar la vista o dirigirla a otro sitio.

El nunca dejo que alguien se acercara a Edgar, ni siquiera que lo miraran muy de cerca y nunca nadie supo el porqué. Como era un espectáculo nuevo todos se quedaban asombrados ante lo real que se veía, como hacia el hombre para hacer hablar a un muñeco sin que se notaran sus labios moverse. Muchas personas pensaban que era brujería (la ignorancia de esa época era demasiada) o algo por el estilo así que muchos padres de familia prohibieron a los niños ver el espectáculo y fue un hombre amado y odiado por muchos.

Una noche fue encontrado en su camerino con el cuello destrozado…nunca se supo quién fue. A un lado había un maletín negro cerrado, la policía al abrirlo encontraron al muñeco Edgar, que hacia tener escalofríos a los mismos policías. Al examinar el muñeco de cerca se dieron cuenta de que era un niño de verdad, o al menos el cadáver de un niño de verdad, con una horrible mascara de latex que le cubría su pequeño rostro pálido. Jamás se supo cómo hizo Mccarthy para conservar el cuerpo del niño tan bien...